La palabra nos invita a reafirmar nuestros fundamentos a través de la percepción de la iglesia como la esposa de Dios. Al comprendernos como parte de esta relación íntima, podemos vislumbrar la importancia de vivir en unidad y amor, reflejando así la conexión espiritual que Dios anhela con su pueblo. Al alinearnos con la visión divina de la iglesia, nos acercamos a comprender más plenamente nuestra identidad y propósito en Cristo.
